ESCENARIOS

Las 12 Casas

               
               
               
               
               
           
 
               


El Templo del Toro Dorado (金牛宮 – KinGyuuKyuu, Tauro)

TAURO / TOURO / TAUREAU / TORO: Es la segunda de las doce casas del Santuario de Atenea, morada de Aldebarán, es un templo que sigue los cánones clásicos, similar en su estructura a la primera casa, pero las dos alas laterales son más pequeñas. Estructuralmente posee una composición clásica de un enorme templo griego, con dos hileras de 3 columnas frontales, un lugar interno y un friso en el techo. En la parte superior del ala central resalta una escultura, tallada en relieve sobre el pórtico de la entrada, que representa la cabeza y cuernos del cráneo óseo de un toro. Como podéis apreciar en la comparativa de las imágenes, este templo no es más que un sincretismo o fusión entre el logo de un rancho tejano y un templo greco-romano. Da la impresión de ser una de las casas más anchas por la presencia de numersosas columnas.

Kingyūkyū 金牛宮 → (きんぎゅうきゅう) “Taurus”. Literalmente “El Palacio del Toro”.

Fanarts de Andrea Silva, alias Thereallycapricorn (Italia)

Internamente la casa está dividida en numerosas estancias, este hecho se aprecia cuando Seiya se enfrenta en duelo singular al caballero de oro, mientras sus amigos se encuentran aturdidos en otra sala, y atraviesa los muros divisorios al ser golpeado brutalmente por Aldebarán. Como característica especial de esta construcción señalar que en la nave principal existen varios pisos de columnas adosadas a los muros, sin duda debe ser uno de los templos de mayor altura, en sintonía con la envergadura de su caballero protector.

Episodio 42 – difundido en Francia el 15 de agosto de 1.987 –
Título original: “Kyûkyoku no Cosmo! Seven Senses”
(¡El último Cosmo!, el séptimo sentido)
Etapa: Mu

Los caballeros de bronce no perciben ningún Cosmo en el interior de la Casa de Tauro, la cadena de Shun no detecta a ningún enemigo por lo que deciden entrar a toda velocidad para cruzarla. No obstante, algo los detiene en seco en la entrada, prece que han golpeado un muro. De la oscuridad aparece Aldebarán, el cual merced a su habilidad de camuflar su energía cósmica, los ha pillado por sorpresa y les impide el paso con su inmenso cuerpo, bien determinado a detener a los intrusos y demostrando además una confianza impresionante.

Episodio 43 – difundido en Francia el 22 de agosto de 1.987 –
Título original: “Big Bang ! Kingyû-kyû no Battle”
(¡Big Bang!, la batalla del templo de Tauro)
Etapa: Aldebarán 1

El enorme Aldebarán de Tauro se burla de las pocas posibilidades de los jóvenes para pasar por su casa. Tras la primera embestida, Seiya intenta interceptar a Aldebarán con su Pegasus Ryūsei Ken para permitir así que sus compañeros atraviesen la Casa, pero Aldebarán no se deja engañar, ni siquiera se mueve. Los meteoros de Seiya no le hacen ningún efecto y les bloquea una vez más el paso con su poder Great Horn, emite una luz dorada que los hace levitar a todos y los golpea a distancia rechazándolos por los aires, Hyoga, Shiryu y Shun caen al suelo aturdidos ante la mirada atónita de Seiya.

Seiya se ha quedado sólo frente al enorme caballero de oro y se niega a darse por vencido. Aldebarán le dice que su combate es inútil, y para demostrárselo vuelve a hacer gala de sus poderes, sin moverse apenas ni romper su pose muy confiada de brazos cruzados, con un simple guiño de los ojos, desmonta el suelo y columnas de su casa para aplastar a Seiya como un diminuto insecto, a pesar de ello este último consigue escapar merced a su velocidad y agilidad, aunque no puede evitar ser zarandeado contra las paredes del templo por la energía de Aldebarán.

 

 

Seiya está impresionado por la velocidad de los ataques a del Gold Saint y se siente bastante maltrecho a los pies de Aldebarán. Seiya sigue intrigado por el hecho de que su adversario mantenga los brazos cruzados, supone que podria tratarse de una postura de combate, lo que le recuerda al iaidō utilizado por los samurais. El caballero de oro continúa lanzando proyecciones de Cosmo a Seiya aconsejándole que abandone el Santuario junto a sus compañeros. Seiya le ataca con otro Pegasus Ryūsei Ken que no tiene el menor efecto sobre su adversario. Aldebarán responde, con los brazos cruzados, produciendo una luz que devuelve el ataque y propulsa a Seiya hacia atrás, haciendo que se estrelle contra un muro. El Bronze Saint acaba en el suelo lleno de dolor. Aldebarán se acerca a él, levanta su bota para aplastarlo y menosprecia el esfuerzo de Seiya por evitarlo, no comprende la obstinación dle Bronze Saint, la fuerza del cosmos dorado hunde a Seiya bajo el suelo de la Casa de Tauro, logrando prácticamente dejarlo al borde de la muerte hundido bajo tierra a modo de sepulcro. Seiya piensa que querer desafiar a los Gold Saints puede ser una locura. Eliminado Seiya, Aldebarán puede ocuparse ahora de los otros tres caballeros de bronce, aun inconscientes en el suelo por los efectos de su primer ataque.

 

 

Seiya ve entonces a Saori que le habla y lo anima, ella se manifiesta gracias a su Cosmos. Marin también aparece en sus pensamientos para recordarle una sesión de entrenamiento con su katana, en la que le mostraba una técnica de samurai consistente en mantener la espada en su vaina para aliar ataque y defensa en una misma posición. El ataque debía ser un golpe fatal pues una vez que la espada sale de su vaina el sable "muere". Seiya había obligado a Marin a atacarlo rompiendo su posición, agarrando su katana con el Shinken Shirahadori. Seiya comprende que Aldebarán utiliza una técnica similar. Analiza los movimientos y la velocidad con los que se mueve el caballero de Tauro, recuerda que ya posee conocimientos necesarios para vencer a Aldebarán.

Gracias al cálido cosmos de Atenea y a las enseñanzas de Marin, Seiya logra volver de las profundidades con un cosmos renovado, capaz de entrever y resistir a los ataques del caballero de oro. Aldebarán está sorprendido y percibe algo inquietante: la cosmoenergía de Seiya está acompañada por otra mucho más fuerte, la de Atenea.

Su nueva energía y coraje permiten a Seiya contraatacar, concentra su poder y logra enviar una ráfaga de meteoros a Aldebarán que incluye un cometa a una velocidad que deja perplejo al caballero de oro. Seiya consigue romper la postura "Ataque+Defensa" de Aldebarán, quien se ve obligado protegerse con sus manos y tras un gran esfuerzo del Cometa de su rival, quien en ese instante, alcanzó sorpresivamente el séptimo sentido. Aldebarán no puede creerlo. El combate parece ahora más igualado que antes.

A partir de ese momento la batalla se vuelve más violenta, con constantes golpes de Aldebarán mediante su ataque Great Horn. Seiya es lanzado varias veces contra las paredes de la casa de Tauro, hasta que logra ver la técnica de Aldebarán y la detiene.

Seiya se siente bastante menospreciado y por ello le hace una "apuesta", lo amenaza con romper uno de los cuernos dorados de su casco, Aldebarán le replica que si es capaz de semejante proeza promete dejarle atravesar su templo, de esta manera pone a prueba al muchacho y le dice que podrá pasar.

Episodio 44 – difundido en Francia el 29 de agosto de 1.987 –
Título original: “Futago-kyû ! Hikari to yami no meikyû”
(¡El templo de Géminis!, un laberinto de luz y tinieblas)
Etapa: Aldebarán 2 + Saga 1

Shiryu, Shun y Hyoga recuperan la consciencia y notan que el Cosmos de Seiya ha mejorado su potencia. Seiya está convencido que la vistoria está a su alcance, logra percibir y bloquear el Great Horn de Aldebarán, así como devolverle su propio ataque, haciendo que el gigante caiga al suelo. Aldebarán se levanta sin heridas, per constata sorprendido que Seiya ha desaparecido. El Bronze Saint de Pegaso cae por encima del Gold Saint y sorprende a Aldebarán, mediante un “golpe espada” tipo excalibur rompe con su brazo el cuerno dorado izquierdo de su casco. En una primera reacción Aldebarán se enoja y tiembla de furia, pero luego lanza una enorme sonrisa. Al final, tal y como prometió, asume su derrota con honor y deja pasar a Seiya a la siguiente casa.

Aparecen Hyoga, Shiryu y Shun, y Aldebarán les dice que sólo ha dado permiso a Seiya, ellos deben quedarse para pasar la prueba. Seiya se niega a irse sin sus compañeros, pero las palabras de estos lo convencen para que siga su camino solo, ya que su objetivo es salvar a Atenea.

Volumen 8, páginas 96 y 105: Desde el exterior, la casa de Tauro parece pequeña; Sin embargo, visto lo que sucede en el interior, se ve enorme, Seiya incluso pasa a través de varias paredes cuando es golpeado por Aldebarán. Este tipo de incongruencia gráfica es habitual en Kurumada.

Seiya se adelanta a la siguiente casa, mientras sus compañeros Dragón, Andrómeda y Cisne se quedan para combatir al Caballero Dorado de Tauro. En los primeros compases, los tres se ven sorprendidos por la velocidad de los ataques de Aldebarán, son incapaces de evitarlos ni de atacar, se rinden a la evidencia de que sólo pueden superar a su rival uniendo sus fuerzas.

 

Sólo un acto de unión de cosmo y una combinación del Rozan Shō Ryū Ha de Shiryu, Nebula Chain de Andrómeda y el Aurora Thunder Attack de Hyoga, lograrán romper la postura o guardia de Aldebarán y congelar sus antebrazos temporalmente. Aldebarán sonríe, acepta su derrota y permite "generosamente" pasar a Hyoga, Shiryu y a Shun a la siguiente casa reconociendo su valor, pero les advierte que aún tienen mucho que aprender.

Tras el desenlace del combate, Mu de Aries se desplaza hasta la parte posterior de la casa de Tauro para conversar con su buen amigo Aldebarán, cuestionándole porque, si era perfectamente capaz, no ha fulminado a los caballeros de bronce, a lo que el enorme caballero de Tauro le responde que la determinación de estos ha hecho plantearse la duda de si son o no traidores. En el curso del rudo combate que los opuso, Aldebarán se cuestionó como un Saint renegado como Seiya podía ser a la vez tan poderoso y determinado para enfrentarse al Pontífice, el hombre más cercano a su diosa. Aunque la siguiente prueba que les espera en el templo de Géminis puede ser la más terrible de todas y poner fin a su odisea.

En la saga de Asgard pudimos ver de nuevo, aunque fugazmente, la Casa de Tauro cuando el guerrero divino Syd de Mizar atacó a Aldebarán antes de presentarse en la mansión Kido para cortar la cabeza a Atenea y traerla como trofeo a Asgard. El templo se ve recubierto de un bello color blanco, producido por los efectos glaciales del ataque de Syd, que deja aturdido a Aldebarán.

A primera vista Aldebarán fue "derrotado" de un solo golpe por Syd de Mizhar, pero más adelante vemos que el mismo admite que fue atacado por la espalda por una energía más poderosa que la de Syd, reconociendo su humillante derrota en manos sucias, que terminarían siendo las de Bud de Alcor, el gemelo de Syd.

Versión Hades

En la saga de Hades, el templo de Tauro volvió a ser escenario de un combate entre Aldebarán y el espectro Niobe de Profundidad, donde el caballero de oro hizo gala de un ataque inédito hasta entonces, un Great Horn con efecto retardado pero increíblemente mortífero que salvó a Mu de morir a manos de ese espectro, como él mismo confesó.

No os sorprenda que la arquitectura del templo cambie radicalmente de una fuente a otra, pues las ovas de la saga de Hades vuelven a la "versión manga clásico" de los templos y dejan de lado la "versión de la teleserie clásica" que hemos visto y analizado anteriormente. En la versión manga, la casa de Tauro es un pequeño edificio griego desprovisto de techo, con el símbolo de Tauro y un relieve de un toro.

 

 

videojuego PS3 Saint Seiya Senki, Saint Seiya: Sanctuary Battle (Europa)